miércoles, 31 de diciembre de 2014

AMAR A DIOS...

Amar a Cristo duele,
Es tratar con la vida,
Con la carne viva;
¡Oh! alma cautiva.

Y es que amar a Dios duele,
Es morir y renunciar
A ese mundo que nos gusta,
Con sus cosas...
Con sus personas...
¡Oh! mentira que esclaviza.

Todos al nacer
Comenzamos cautivos,
Pues inocente alma fuimos,
Como bebés nacimos.

Y quizá amar a Dios...
No es morir a todo,
Pero si morir a pasiones
Inmersas en el corazón.

¡Ay! dualidad que nació
Con nosotros en el corazón,
Como el día y la noche,
La luz y la oscuridad,
El bien y el mal,
Y con ello Dios y su libertad.

Para amar a Dios
Morimos cada año,
Cada mes y cada día,
Y cada vez que el mal
Emerge adentro de nosotros.

Pero al morir
También en ello resucitados,
Y el corazón hermosea
Resplandece y brilla,
Se purifica y puede ver a Dios.

Cuando morimos sabemos
Que no todo termina allí,
Si no que nacemos de nuevo
Para seguir amando a Dios.






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