La luna vino a la
fragua
con su polisón de
nardos.
El niño la mira,
mira.
El niño la está
mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus
brazos
y enseña, lúbrica y
pura,
sus senos de duro
estaño.
Huye luna, luna,
luna.
Si vinieran los
gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos
blancos.
Niño, déjame que
baile.
Cuando vengan los
gitanos,
te encontrarán sobre
el yunque
con los ojillos
cerrados.
Huye luna, luna,
luna,
que ya siento sus
caballos.
Niño, déjame, no
pises
mi blancor
almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del
llano.
Dentro de la fragua
el niño,
tiene los ojos
cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los
gitanos.
Las cabezas
levantadas
y los ojos
entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el
árbol!
Por el cielo va la
luna
con un niño de la
mano.
Dentro de la fragua
lloran,
dando gritos, los
gitanos.
El aire la vela,
vela.
El aire la está
velando.
Hermoso !!!
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