Arenas
siderales en la bahía de tu rostro
y marejadas
encrespadas de aguamarina,
piedra
marinera y oxidante de mi quilla
efectiva
para costillas, rodas y codaste.
Inopinada
y fulminante corroíste metales
con
estoicismo tus aguas me tragaron,
ignoraba
hundimientos de mi fino calado
rauda
absorbiste mi diamante bermellón.
Inmerso
existo como navío naufragado,
bello
arrecife en una lengua de mar chocoano.
El fastuoso
pecio submarino inmortal y coralino
que
profundo mora como una parte eterna de ti.
Foto: Jason Taylor / Cancún
No hay comentarios:
Publicar un comentario