
Cuando te robe, tu vida rebosaba
Y mi corazón sensible se avivaba,
Cada mañana tú me despertabas.
Me enamore de ti sin darme cuenta.
Dios puso en mi corazón su naturaleza
Que respeto y admiro por su perfección:
Tú eras ella bonita, metida en mi esencia.
Es la sensibilidad que hace posible mi poema
Y que hizo tenerte dos maravillosos años,
Adiós mi blanca y colorada princesa.
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