Me
recreo una y otra vez
en
el paisaje que pinta mi memoria,
con
su pincel que fabrica marinas acuarelas
e imágenes a las que llamo remembranzas.
Son
paisajes surtidos de imaginación y recuerdos:
ensalada de besos con aderezo de estrellas;
miscelánea de la tarde y la belleza
que
mis ojos deleitaron una y otra vez.
Me
recreo una y otra vez
en
aquel paisaje que pinta mi memoria,
la
playa inmensa que fueron tus mejillas
y mi boca que en ella dejaba huellas.
La
realidad fue la fogata de luces urbanas
y lo fabuloso fue la brisa con las almejas,
el oleaje de tu lengua que hizo remolinos,
y la espuma de agua contra mi corazón de roca.
Hice
un castillo de arena,
le hice escaleras, pasadizos y ventanas,
y aunque fabrique robustas murallas
se
fue mi dríada con el agua de las olas .
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